domingo, 27 de abril de 2014

ELOGIO DE LA MESURA (97)

 
EPICURO,  UN REMEDIO PARA LA CRISIS
 
 
El filósofo francés Michel Onfray escribe en  el diario "El País" unos  comentarios a su visita a la exposición "La Villa de los Papiros", que muestra  mediante una  sutil utilización  de las tecnologías modernas( reconstrucciones  en 3D, interacciones táctiles) y una bella  sobriedad museográfica ( la composición  en torno a tres frases  de Epicuro), lo que fue un jardín  filosófico epicúreo situado  en Campania, junto al Golfo de Nápoles, durante la época de la erupción del Vesubio del año  79 d.C, El montaje  nos enseña cómo era probablemente  el Jardín de Epicuro en Atenas.
"Fue necesario que se produjeran el triunfo del cristianismo y la sumisión  de los filósofos conocidos como Padres de la Iglesia a aquella  empresa de colonización  de las conciencias para que la definición milenaria de la filosofía  se transformara  de manera radical..."" Del ágora y el foro abierto, la filosofía se trasladó a los anfiteatros cerrados de las universidades..."
 
"La Villa de los Papiros muestra  que, en concreto , allí reinaba la amistad, con el proyecto común de ser las encarnación de las enseñanzas de un maestro. Y lo que enseña Epicuro es muy claro y sencillo: lo único que existe es la materia, los átomos dispuestos de distintas maneras en el vacío. Una física  en la que no hay hueco para ningún dios vengador ni malvado, ningún juicio final después de muertos; una física  que desemboca en una moral sencilla y que se presenta  como un tetrafármaco, un remedio cuádruple.
"Primero: los dioses no son unos entes a los que debemos temer...Segundo: el sufrimiento es soportable...Tercero: no debemos tener miedo a la muerte...Cuarto: la felicidad es alcanzable, consiste en la satisfacción de los únicos  deseos naturales y necesarios ( beber y comer para saciar las sed y el hambre que son los verdaderos sufrimientos) ...
"Epicuro nació en una Grecia  decadente que ofrece grandes paralelismos con nuestra Europa abatida. El epicureísmo fue, ante todo, una filosofía  de combate contra el apoltronamiento de la civilización helenística. Después, durante la era cristiana, el epicureísmo fue una eficaz  máquina de guerra  contra  las ilusiones, contra esas fábulas infantiles que son, en definitiva, las religiones y las ideologías  que impiden pensar. Sin Epicuro no habrían existido el Renacimiento, ni Montaigne, ni el pensamiento libertino del siglo XVII, ni la filosofía de la Ilustración, ni la Revolución Francesa, ni el ateísmo, ni las filosofías de la liberación social...."
 
El filósofo del Jardín enseñaba a los individuos  a ser soberanos de sí mismos, y ese es el mejor estimulante para luchar contra todo  aquello que nos transforma en esclavos. Basta con decir no a todo lo que nos cosifica, o, en otras palabras , decir sí  a una vida que, para alcanzar la ataraxia, desea otorgarnos el bien supremo, que es la ausencia de preocupaciones. La Villa de los Papiros es una arquitectura ideal que sirve para todas las épocas y todos los lugares, incluida la Europa del siglo XXI. Nietzsche se preguntaba: ¿Dónde volveremos  a construir el Jardín de Epicuro?" Respuesta: en cualquier lugar en el que haya un epicúreo".
 
"Epicuro, un remedio para la crisis" El País , 26 de abril de 2014
(Entre paréntesis,   el estoicismo romano tuvo mejor suerte con el cristianismo. Pero curiosamente, sus tres  máximos representantes,  en sus escritos,(el emperador Marco Aurelio, Séneca y el  liberto Epicteto) al autor que más citan,  no es ninguno de los maestros griegos de la Stoa, sino a Epicuro)
 

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