sábado, 21 de diciembre de 2013

ELOGIO DE LA MESURA (87)


 
 
 
  Provoca perplejidad, pero también asco, que todos los que viven de esas profesiones sin amenazas  de crisis llamadas partidos  políticos, sindicatos, clubes de fútbol , e incluso  de eufemismos  grotescos como la Marca España (¿a quién  se le puede ocurrir presumir de fango y ruina?), se pongan de acuerdo cada vez que se descubre alguna de las sórdidas  movidas que salpican a su corrupto  negocio, proclamando que todo se debe  a una orquestada campaña para desestabilizar a su gremio.  Y sabemos que al ventilador  de fango colectivo el poder  solo le consiente  funcionar a medio gas, que vamos a enterarnos de una parte mínima del generalizado saqueo.
   La lógica debería  imponer que los delincuentes fueran fumigados de sus cargos por la tribu para guardar las apariencias, pero el corporativismo para defender lo indefendible funciona de forma clónica en todas esas castas. Cuando pillan mangando a uno de los nuestros siempre  está motivado porque los diabólicos acusadores intentan desestabilizar a la gran familia.
   La enfervorizada defensa de los hermanos ideológicos que fueron pillados con las pezuñas en la masa la ejercen por igual peperos y sociatas, empresarios y sindicatos, independentistas y españolistas , el Real Madrid y el Barcelona,
   Insultan  a las pocas  o muchas neuronas de los ciudadanos cuando los líderes ideológicos  pretenden enmascarar  los robos de sus  representantes con una planificada  ofensiva  contra su partido, o cuando aseguran que pretenden  atacar  las reivindicaciones  de Andalucía y de Cataluña, porque se descubren  falsos ERE, o que la familia  del antiguo prócer  se enriqueció fraudulentamente. Y hasta el más tonto le puede dar un ataque de vergüenza ajena al oír que al revelar  los líos fiscales  de Messi pretenden destruir  la impoluta imagen  del Barcelona, o la certidumbre  florentiniana de que la investigación sobre ayudas públicas a algunos clubes  se debe a una campaña por la envidia ante los éxitos españoles. Y el tal Margallo sacando pecho con la Marca España.
Artículo de Carlos Boyero, titulado "Desestabilizando" en el diario El País del 21 de diciembre del 2013" 

domingo, 1 de diciembre de 2013

ELOGIO DE LA MESURA (86 )



       "Los investigadores descubrieron que el encargado de poner la mano en el fuego por la honradez de los altos cargos del partido, llevaba un implante de amianto" ( Texto de la "viñeta" de "EL ROTO"



                                    Cárceles


   La población carcelaria está compuesta en general  por gente muy joven, grandes o pequeños  delincuentes en la flor de la vida, que en su inmensa mayoría deben a la droga el haber sido  devorados  por el Código Penal. De hecho, si la droga se legalizara, las cárceles, hoy abarrotadas, quedarían prácticamente  vacías y podrían convertirse en parques infantiles, en bibliotecas públicas, en auditorios o en casas de cultura, pero en todo caso habría que dejar algún centro penitenciario como residencia de ancianos, destinada a esos  distinguidos  caballeros, casi de la tercera edad,  que deberían ser  sus inquilinos naturales, políticos corruptos, ladrones financieros, carcamales muy refinados, que han atracado  bancos desde sus propios despachos. En cierta ocasión, en la cárcel de Tenerífe, después de un recuento vi entrar  en el comedor la larga reata  de presos en chándal y bambas, casi todos  chavales  capturados por la droga. Paradójicamente el último de la fila era un sesentón, muy bien vestido, quien a duras podía arrastrar las babuchas. ¿Qué hace aquí  este hombre tan mayor - pregunté- . "Ha  emitido más de  100 cheques sin fondos" - me dijo un celador. Eran tiempos en que un viejo como este aún despertaba  cierta ternura viéndolo en la cárcel con su diseño  de pobre diablo, como un pícaro  estafador a la antigua entre mozalbetes  marginales y otra carne de cañón. Hoy el paisaje carcelario ha cambiado. En los patios y galerías aparecen unos  señorones con la papada bronceada y las cocochas bruñidas, que han llegado a la cárcel desde la cloaca de la política o  directamente desde los restaurantes  de cinco tenedores en cuyos reservados alcaldes y concejales han intercambiados  los dientes  con ciertos tiburones. El dueño  de un famoso asador, que durante  años  ha atendido  a financieros, políticos y empresarios  de éxito se lamentaba: "Tengo  mi establecimiento lleno de imputados. ¿Qué será de este negocio si a mis mejores  clientes  los meten en prisión? A este paso tendré que  hacer cátering  para Alcalá-Meco." Tal como vienen los telediarios habría que despenalizar la droga aunque solo fuera para dejar sitio en las cárceles a estos ancianos, mangantes distinguidos, los nuevos delincuentes encorbatados, que van a necesitar cada día más espacio.
Manuel Vicent. "El País"  1 de diciembre del 2013
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