POESÍA ÓRFICA SOBRE LOS DIOSES, EL ALMA Y EL MÁS ALLÁ
Creían los griegos que Orfeo era hijo de una Musa, argonauta y dotado de una capacidad para el canto tan maravillosa que era capaz de apaciguar fieras y mover los árboles y las piedras. Se le atribuyeron diversas obras poéticas que trataban del origen del mundo y de los dioses y de la suerte del alma en el más allá. Fue el inspirador de un complejo movimiento religioso, con fieles, misterios iniciáticos y ceremonias fúnebres de las que se han encontrado y estudiados papiros y tablillas de oro y plata con inscripciones con consejos escatológicos...
Los principios básicos de las creencias órficas se basan en un mito dionisíaco. En el principio de los tiempos los Titanes, envidiosos de Dioniso, lo mataron y lo devoraron. Zeus, irritado, los fulminó con el rayo. De la mezcla de las cenizas de los Titanes con la tierra, surgieron los seres humanos que, en consecuencia, tienen una parte terrena, el cuerpo, en el que se aloja un alma con un componente divino positivo, procedente de Dioniso, pero también con otro componente divino negativo que procede de los Titanes. El alma de los hombres es divina e inmortal pero castigada ( por el sacrificio de Dioniso ) a purgar sus crímenes en un cuerpo que se le considera cárcel o sepulcro.
Esta es la explicación de la expresión de Platón :"soma sema"(el cuerpo, una sepultura).
Para los seguidores de Orfeo existe un sincretismo entre dioses, convirtiendo, lo que en otras variantes de la religión griega son divinidades diversas, en el orfísmo son meras advocaciones de un solo dios.
Algunos poemas órficos comienzan "Cantaré para conocedores; cerrad las puertas profanos", o ""hablaré a quienes es lícito; cerrad las puertas profanos", proclamación mística que impedía a los no iniciados asistir a determinados ritos.
También había en una Teogonía órfica referencia a la Justicia (Némesis) :" Vengadora de las infracciones de la ley divina. El que está dispuesto a alcanzar la felicidad, la sigue de cerca, humilde y ordenadamente. Pero el que ensoberbecido por el orgullo o ensalzado por sus riquezas, honras o incluso la belleza de su cuerpo unida a la juventud y la insensatez, inflama su alma con la desmesura, en la idea de que no necesita jefe ni guía alguno, sino que incluso en lo demás cree que se basta, queda abandonado, desierto de dios, y a causa de este abandono y en compañía de otros semejantes salta alborotándolo todo, y a muchos les parece que es alguien, pero al cabo de no mucho tiempo y tras haber pagado a Justicia un castigo no desdeñable, provoca una absoluta ruina, la de su casa y la de su ciudad"
Igualmente se hace referencia a la raza de oro y la de plata en la que morían ya longevos.
En el conocido como "Testamento de Orfeo" surgido en el ámbito de judíos helenizados influían aspectos de la cultura griega. En el "Testamento" el propio Orfeo, hablando en primera persona, abjura de los errores del politeísmo e instruye sobre la verdadera naturaleza de Dios, y este hecho fue utilizado por los cristianos como arma contra los paganos...
En las laminillas de oro o plata encontradas en tumbas de seguidores de Orfeo se pueden leer unos poemas , con algunas variantes, en que se dan consejos al alma. Transcribimos parcialmente uno de ellos.
"Hallarás, a la izquierda de la mansión de Hades, una fuente, y junto a ella, un albo ciprés erguido.
¡ A esa fuente no deberías aproximarte ni un poco!
Pero hallarás, al otro lado de la laguna de Mnemósine, agua que fluye fresca. Y muy cerca hay unos guardianes. Díles: "De Tierra soy hijo y del cielo estrellado, pero mi estirpe es celeste. Sabedlo también vosotros, de sed estoy seca y me muero..."
"Hieros logos" Edición de Alberto Bernabé. Akal/ Clásica. 2003
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