lunes, 19 de diciembre de 2011

ELOGIO DE LA MESURA (46)







En los anfiteatros se realizaban diversos espectáculos con una gran afluencia de público, siendo los más populares las luchas entre gladiadores ("munera") y la lucha contra animales salvajes ("venationes"; también se desarrollaban exhibiciones atléticas, cacerías y ejecuciones públicas...(Incluso Horacio en sus Epístolas extrajo alguna metáfora de estas luchas).
Las primeras referencias en la historia de Roma se remontan al año 207 a. de C. en que P. Cornelio Escipión ofreció en honor de su padre y de su tío un espectáculo en Carthago Nova. En esta ocasión los gladiadores eran hombres libres y actuaron desinteresadamente. Algo después 200 parejas de gladiadores voluntarios lucharon sobre la tumba de Viriato.
Al igual que en Mérida o Tarragona, en la Córdoba romana (Colonia Patricia) existía un anfiteatro, cuyas ruinas se han descubierto recientemente, y que según los entendidos tendría un aforo de unos 50.000 personas y era uno de los mayores del mundo romano, solo superado por el de Roma o Cartago.
A mediados del siglo XX se descubrieron en Córdoba entre 15 o 20 sepulturas de gladiadores, muy cercanas entre ellas, por lo que se ha supuesto que era un cementerio exclusivo para ellos. Con excepción de Roma este conjunto de epitafios de gladiadores es el más numeroso del Occidente. En el siglo XVIII se descubrió también en Córodba una placa de mármol con la dedicatoria a Némesis de Cornelii Restitus et
Africanus.



NEMESIS : REGINA ANPHITHEATRUM




Los gladiadores eran normalmente devotos, "amicus" de la diosa Némesis, y podemos imaginarlos ante la imagen o pintura de Némesis antes de salir a la arena jugándose la vida. Opinión común entre sus devotos era que la consideraban una gran y poderosa fuerza cósmica que protegía activamente a quienes se comportaban como piadosos, mesurados y justos.
Muchos de los gladiadores llevaban en el anillo o colgados al cuello lo que se llamaba, escrito en griego, "la piedra de Némesis". Quienes la llevaban, según Cirámides, podían conocer los años que iban a vivir y el lugar de su muerte y las circunstancias. Era muy popular entre los gladiadores y son bastantes las inscripciones en los que el dedicante invoca la protección de la diosa para sí mismo o sus familiares.



Como suele ser normal en los ejemplos citados corresponden a casos en los que Némesis satisfizo las expectativas de sus fieles y éstos cumplieron agradecidos el voto prometido. Pero la fortuna nos ha brindado el singular testimonio de un gladiador que parece haber confiado en la eficacia de las "piedras de Némesis" y resultó defraudado en su creencia. Así aparece en el perdido epitafio veronés de un tal Glauco muerto a los 23 años en su octavo combate y al que recordaron su esposa y "amatores"; lo que hace singular esta lápida es la "execratis" final en el que el difunto aconseja prestar más atención al destino que marcan los astros que confiar en la diosa.
"PLANETAM SUUM PROCURARE VOS MONEO; IN NEMESE NE FIDAM HABEATIS: SIC SUM DECEPTUS"



(Joaquín L. Gómez-Pantoja . Universidad de Alcalá)

No hay comentarios:

Add to Technorati Favorites