FRANCISCO GINER DE LOS RÍOS (1839-1915 )
FUNDADOR Y ALMA DE LA INSTITUCIÓN LIBRE DE ENSEÑANZA
Estas páginas quieren sumarse a las voces que recuerdan su vida y obra en el centenario de su muerte.
Como se fue el maestro
la luz de esta mañana
me dijo: Van tres días
que mi hermano Francisco no trabaja.
¿murió?...Sólo sabemos
que se nos fue por una senda clara,
diciéndonos: Hacedme
un duelo de labores y esperanzas,
Sed buenos y no más, sed lo que he sido
entre vosotros: alma.
Vivid, la vida sigue,
los muertos mueren y las sombras pasan;
lleva quien deja y vive el que ha vivido.
¡Yunques, sonad; enmudeced, campanas!
Y hacia otra luz más pura
partió el hermano de la luz del alba,
del sol de los talleres,
el viejo alegre de la vida santa.
...¡Oh, sí, llevad, amigos,
su cuerpo a la montaña,
a los azules montes
del ancho Guadarrama.
Allí hay barrancos hondos
de pinos verdes donde el viento canta.
Su corazón repose
bajo una encina casta,
en tierra de tomillos, donde juegan
mariposas doradas...
Allí el maestro un día
soñaba un nuevo florecer de España.
Antonio Machado. Baeza, 21 de febrero de 1915
"Educación moral en la Institución Libre de Enseñanza"
Entre los problemas y deficiencias del sistema educativo español de su tiempo, don Francisco Giner de los Ríos, fundador y alma de la I.L.E. destacaba la carencia de una adecuada formación moral para nuestras clases medias y dirigentes a las que consideraba ni prácticas ni idealistas sino entregadas a la holganza, la prosa y la miseria" y entre las que abundaban bastante más los sanchos que los quijotes.
De acuerdo con su formación krausista y sus más profundas convicciones, su labor educativa, tanto en su producción teórica como en su actuación práctica, estuvo
encaminada a subsanar estas deficiencias e intentar formar, día a día, a un grupo de personas honradas, de instintos nobles, cultas, instruidas, laboriosas y capacitadas para atender a sus necesidades materiales por medio de un trabajo profesional honrado y libre, para lo cual consideraba fundamental proporcionarles mucho juego corporal y gimnástico, mucho trabajo manual, mucho aire libre, mucho aprendizaje de la sociedad y sus resortes, mucho movimiento, poco libro y mucho jabón y agua, que calificaba como "termómetro de la civilización de un pueblo".De acuerdo con su formación krausista y sus más profundas convicciones, su labor educativa, tanto en su producción teórica como en su actuación práctica, estuvo
Para Giner, la única educación moral posible es la realizada en un clima de libertad y orientada a la formación de hombres libres porque, aunque el aprendizaje de la libertad es más lento y laborioso que el de la servidumbre,consideraba que no hay más educación moral que convenga a los pueblos libres que aquélla que hace hombres libres, la única escuela que prepara para la libertad es la libertad misma; por ello criticaba la escuela fundada en el concepto teológico de la depravación total del niño y el tipo de disciplina militar orientada a "quebrar la voluntad" del escolar y, por el contrario, abogaba por un régimen disciplinario fundado en la obediencia consentida y razonada, inspirada no tanto en el orden que "se ve" sino del orden interior, que consiste en que lentamente, oscuramente y sin que salte a los ojos, se vaya formando una conciencia, una razón, un carácter
Giner manifestó en más de una ocasión su admiración por los ideales educativos de la escuela inglesa que conocía en profundidad a través de su amistad con Riaño, institucionalista también, y a quien calificaba como espíritu pluscuamnacional y cosmopolita a la vez, viviendo una vida profundamente españolas en medio del refinamiento de su hogar y "extraño en nuestra pobre tierra"; ideales educativos centrados en el cultivo del sentimiento de la personalidad e independencia personal, el cuidado y desarrollo de las fuerzas físicas, el goce del campo y de la naturaleza, el sentido estético, la dignidad de los gustos y las maneras que constituían , según Giner, las cualidades del sistema educativo inglés.
En relación al curriculum de educación moral no consideraba oportuno que estas enseñanzas se impartieran en días y horas. determinados, al modo de lecciones fijas, y, muchísimo menos, mediante libros de texto de moral; la instrucción, incluso las máximas, proverbios, exhortaciones y preceptos no podían faltar en ninguna clase pero sólo con ocasión de algún+
incidente de la vida escolar y, sobre todo, si iban acompañadas de la oportunidad, el tacto,la sinceridad y la austeridad moral del maestro, su simpatía , atención, su experiencia y, fundamentalmente, el conocimiento íntimo de la individualidad del niño a quién se dirigía; rechazaba la indoctrinación, sin embargo, y compartía la posición pesimista de Dewey para quien la inculcación de reglas morales "sirve tanto para la formación del carácter como las formulas astronómicas"
Es por ello que Giner confiaba más en las virtualidades de una enseñanza moral indirecta aprovechando las narraciones, las fábulas - en los grados inferiores- y la lectura, las ciencias sociales que ofrecen ocasiones múltiples para cultivar el juicio moral e inspirar nobles ideales.. También el trabajo manual y el estudio de la naturaleza y la jardinería son medios muy apropiados al poner al niño en contacto con la realidad, obligarle a la acción, ocuparle gratamente el tiempo y acostumbrarle a la paciencia , haciéndole aguardar el resultado de su trabajo fortaleciendo al mismo tiempo su cuerpo, base física del carácter. Y en este aspecto, la educación física ocupaba en la ILE un lugar central por sus valores pedagógicos al potenciar el desarrollo del dominio de sí mismo, la iniciativa, la cooperación, el respeto al derecho ajeno, la fidelidad al grupo, la salud corporal y constituyendo,en resumen, una admirable escuela del carácter: valor personal, resolución, sumisión voluntaria a la ley, sentido del derecho y la equidad...Giner manifestó en más de una ocasión su admiración por los ideales educativos de la escuela inglesa que conocía en profundidad a través de su amistad con Riaño, institucionalista también, y a quien calificaba como espíritu pluscuamnacional y cosmopolita a la vez, viviendo una vida profundamente españolas en medio del refinamiento de su hogar y "extraño en nuestra pobre tierra"; ideales educativos centrados en el cultivo del sentimiento de la personalidad e independencia personal, el cuidado y desarrollo de las fuerzas físicas, el goce del campo y de la naturaleza, el sentido estético, la dignidad de los gustos y las maneras que constituían , según Giner, las cualidades del sistema educativo inglés.
En relación al curriculum de educación moral no consideraba oportuno que estas enseñanzas se impartieran en días y horas. determinados, al modo de lecciones fijas, y, muchísimo menos, mediante libros de texto de moral; la instrucción, incluso las máximas, proverbios, exhortaciones y preceptos no podían faltar en ninguna clase pero sólo con ocasión de algún+
incidente de la vida escolar y, sobre todo, si iban acompañadas de la oportunidad, el tacto,la sinceridad y la austeridad moral del maestro, su simpatía , atención, su experiencia y, fundamentalmente, el conocimiento íntimo de la individualidad del niño a quién se dirigía; rechazaba la indoctrinación, sin embargo, y compartía la posición pesimista de Dewey para quien la inculcación de reglas morales "sirve tanto para la formación del carácter como las formulas astronómicas"
También el arte y la estética le parecían a Giner medios muy a propósito para despertar lo que llamaba "tendencias ideales" en el espíritu humano.
Otros factores destacados podríamos encuadrarlos en lo que recientemente se conoce como "curriculum oculto" y así, incluso, las condiciones materiales del edificio escolar, como la luz, calor,
ventilación y demás elementos higiénicos, contribuyen al orden y disciplina y consideraba que nada hay insignificante en la escuela por su influencia en la vida moral y señalaba, como ejemplo, el carácter del personal subalterno, portero, limpiadores..., ya que su actitud para los alumnos, el modo de tratarlos y de cumplir sus deberes, ejercen mucho más influjo del que a veces se piensa.
Adelantándose medio siglo a las modernas teorías pedagógicas subraya la importancia de la atmósfera o clima afectivo del centro escolar para la formación del carácter moral."El niño ha de respirarla tan natural e inconscientemente como la atmósfera física, y, en la escuela, está formada por los hábitos y la disciplina, penetrados de la personalidad del maestro". Algo similar podemos decir sobre su intuición relativa al valor educativo que ofrece la directa participación del niño y adolescente en el gobierno de la escuela y que entronca
con el moderno concepto de la "comunidad justa" de Lawrence Kohlberg.
Pero si tuviéramos que destacar el factor más influyente para la formación moral no tendríamos más remedio que referirnos a la personalidad del maestro que es, para Giner, la fuente capital de energía de la escuela, de tal modo que la acción moral escolar dependerá de la preparación de los profesores para este fin: "la reforma escolar es siempre reforma del maestro"
Hemos dejado para el final la importancia que Giner concedía a la necesidad de fundamentar científicamente los programas de educación moral y que, mucho más tarde, encontraría en Piaget y Kohlberg sus teóricos más acertados y, en este sentido, defendía la perpectiva genética y evolutiva como fundamental para la eficacia de la educación moral. "Tanto la enseñanza confesional alemana como la moral laica francesa están fundamentadas en la vida del adulto, no en las condiciones y exigencias del alumno".Se pretendía que las ideas quedaran retenidas en la inteligencia del alumno sin atender a su adecuación al estado de desarrollo moral del niño; este punto de vista genético debía aspirar a enlazar el trabajo entero del niño en la escuela a su propia vida y a sus propios intereses en cada momento de su evolución, considerando las diferencias individuales y los diferentes criterios de la moralidad, distintos a los de los adultos, que nos informan del desenvolvimiento ético: del sentido de la ley, de la verdad, de la autoridad, de la conciencia, del egoismo y altruismo, de los ideales...Las virtualidades posibles de esta línea de pensamiento e investigación eran expresadas por Giner de este modo" Cierto que se ha hecho en todo esto todavía poco pero lo bastante para comprender qué riqueza hay aquí de indicaciones relativas a la educación moral"
Hubo que esperar casi un siglo para que Kohlberg con su teoría del desarrollo cognitivo moral concretara las profundas intuiciones de Don Francisco Giner de los Ríos.
Manuel Ventura Limosner "Tendencias actuales en educación". Córdoba,1992
El vendaval de la guerra civil acabó con todo esto. ¡¡Pobre España!!
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