sábado, 18 de junio de 2011

ELOGIO DE LA MESURA (36)



La gran maestra de la novela histórica Lindsey Davis presenta la vigésima entrega de su serie protagonizada por Marco Didio Falco, en el que vemos al más célebre detective de la historia abrumado por enrevesados problemas familiares.
No faltan en esta entrega ni los cadáveres, ni las jovencitas a punto de descarriarse... ni siquiera una familia de psicópatas a los que nadie parece atreverse a levantarles la voz.
Marco Didio Falco en estado puro, Lindsey Davis en plena forma.

En la pintura de la portada se observa el gesto apotropaico de la señora -signo de identidad de nuestra amiga Némesis- y en un diálogo entre los personajes Anácrites y Falco encontramos una referencia a la diosa.
"-Diría que tu nueva riqueza excede las debidas proporciones. Cuando un hombre recibe más de lo que debería de la Fortuna, la alada Némesis se presentará para equilibrar las cosas."
"-Némesis es un encanto. Ella y yo somos viejos amigos...¿Por qué no hablas claro y dices que crees que no me lo merezco?

Ya casi al final de la novela leemos este otro diálogo:
-¿Qué pensamos nosotras?
- Si lo dejamos correr, la cosa no hará más que empeorar -vaticinó Maya en tono grave.
- Afirmó que puede hacer todo lo que quiera, añadió Albia- Argüí que es responsable ante el emperador, pero me dijo que los emperadores vienen y van. El permanece. El solo responde ante la historia.
-¡Arrogante! -replicó Helena, como si estuviera acusando a Anácrites en persona- Ensalzamiento egocéntrico..., un insulto para los dioses. ¿Qué harán los dioses al respecto? -se preguntó entonces. Inevitablemente, sus oscuros ojos castaños buscaron los míos.
-Enviar a Némesis para que se ocupe de él -respondí

LINDSEY DAVIS "Némesis"Edhasa. Barcelona, 2011

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