LA "MODERNIDAD" EN EURÍPIDES
Se ha dicho que Eurípides es un típico representante de la crítica racionalista, un incansable debelador de los viejos mitos: se le ha llamado "poeta de la Ilustración" griega.
Aunque los dioses son nombrados con frecuencia, pero están al margen de toda actividad, carecen de fuerza dramática. El azar pasa a ocupar el lugar primordial en el curso de la acción...
Las noticias biográficas sobre Eurípides fueron influidas por las críticas de su coetáneo Aristófanes , filón inagotable, para descargar su saña poética y hacer reír a sus conciudadanos; como las teorías y especulaciones de nuestro trágico respecto a la religión y los mitos, el Estado, la costumbre y la ley, así como su preocupación permanente por ciertos temas siempre candentes, como la situación inhumana de los cautivos de guerra y el injusto trato dado a las mujeres.
Aristóteles, por su parte, recoge una sentencia en que Sófocles habría afirmado que "él representaba a los personajes como debían ser; Eurípides, tal y como son". Como somos nosotros, podríamos afirmar.
En sus tragedias los esclavos tienen cierta iniciativa; no son simples figuras de relleno. A veces adoptan posturas racionalistas ante una situación dada; la justicia, los dioses, y el destino son sus temas predilectos. En algunos momentos el esclavo critica a los libres con indomable energía y fuerza moral, mostrando un talante superior. Los dramas europideos muestran la influencia ejercida sobre nuestro autor por las teorías de Hipias y Antifonte que repararon en la injusta diferencia entre esclavos y libres, griegos y bárbaros.
En cuanto a la situación de la mujer es suficiente este soliloquio de Medea: " De todos los seres animados y dotados de pensamiento las mujeres somos el más desdichado. Pues, en primer lugar, tenemos que comprar un marido con excesivo gasto de dinero y conseguir un dueño de nuestro cuerpo, pues ésta es una desgracia más dolorosa aún. Y el combate supremo consiste en conseguirlo malo o bueno. Las separaciones no reportan buena fama a las mujeres, y no es posible repudiar al esposo. Cuando una ha arribado a nuevas costumbres y leyes menester es que sea adivina, sin haberlo aprendido en casa., de como tratará a su compañero de lecho. Y si logramos cumplir eso bien y nuestro marido habita con nosotras sin imponernos el yugo de la fuerza, envidiable es nuestra vida. Pero, si no, menester es morir.....Dicen que nosotras pasamos en nuestros hogares una vida carente de peligros, mientras que ellos combaten con la lanza.. Pero razonan con torpeza. Que tres veces preferiría yo permanecer junto al escudo, antes que tener un solo parto"
¿Cambiaría hoy Eurípides sus opiniones sobre la esclavitud (moderna, claro)o sobre la mujer (moderna, claro)?
Tragedias, Edición de Juan Antonio López Pérez. Catedra. 2000
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