sábado, 17 de noviembre de 2007

ELOGIO DE LA MESURA 1

Zeus y Némesis
El mito de Némesis

Némesis es una diosa y también una abstracción, una idea. Ambas nacieron gracias al genio griego y con tanta vitalidad y voluntad de supervivencia, tal vez por estar enraizadas en lo más hondo de la condición humana, que han llegado hasta nuestros días a través de la historia cultural de Occidente.

Desde la noche de los tiempos –el tiempo del sueño lo llaman en nuestras antípodas- y entre los pueblos ribereños del mediterráneo oriental corría ya de boca en boca la vida y milagros de Némesis. Fue Hesiodo, sin embargo, quien la hizo subir al escenario de la Historia. En “Teogonía” nos la presenta como una más de las hijas de la Noche,”azote para los hombres mortales” y en “Trabajos y días” se convierte en personaje central, estrella indiscutible del famoso relato del mito de las razas humanas.

Desde entonces Némesis, o lo que representa, ha sido invitada de honor en obras señeras del Canon occidental : Homero, Píndaro, las tragedias griegas, Ovidio, Horacio, Shakespeare, Cervantes, Camus…Por otra parte, metáforas como “edad dorada”, “hombre nuevo”, “el superhombre”, “el último hombre”…alimentadas con la savia del relato historicista de Hesiodo y, por tanto, impregnadas con la presencia – ausencia de Némesis, pueden reconocerse en sesudos tratados filosóficos, históricos, políticos.

Invitamos al lector, desde esta columna, a una especie de viaje iniciático por estos autores y temas, en busca de pistas, en seguimiento de rastros de la presencia – ausencia de Némesis. Será un viaje tranquilo, sin sobresaltos; pero tratándose de una diosa no debería sorprendernos si, alguna vez, pudiera parecer que hemos traspasado la sutil raya de tiza en el suelo que separa el Arte y la Vida para adentrarnos en tierra de nadie, en un ámbito crepuscular, de duermevela, en el que lo más simple – un libro o un viaje, por ejemplo- adquiere inesperadamente el contorno incierto de las sombras o la substancia inverosímil de los sueños; y lo ficticio, lo puramente poético, se consolida ante nosotros con la consistencia y densidad del mármol o del acero. Sin duda será efecto de un espejismo. Pura apariencia.

Para esta empresa serán imprescindibles el interés del lector y la amabilidad de estas páginas que nos acogen. Páginas en las que Némesis, tan enemiga siempre de todo lo arrogante y presuntuoso, se encontrará muy a gusto. Páginas que nacen y mueren en el mismo día. Pero que cada día renacen de nuevo; una; y otra; y otra vez. Como la rosa. Como el mito
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