¡¡CUIDADO CON LOS DUEÑOS DE LA VERDAD!!
Voltaire decía que lo que más odia el público en cualquier clase de género es el aburrimiento. He aquí un ensayo que se atiene a esta máxima. El autor se imagina a sí mismo tumbado en el diván de su psicoanalísta, y en tal postura monologa sin cesar, intentando desentrañar las razones por las que es incapaz de enderezar un libro sobre los "creyentes violentos", es decir, sobre los fanáticos que , llevados por sus creencias, su fe o sus delirios narcisistas ( o por la mezcla de todo ello) son capaces de asesinar a miles alegando que lo hacen en pro de una causa elevada; léase la preservación de la raza, la defensa de la única religión verdadera o la salvación de la humanidad.
Con este preliminar, el autor va desgranando sus reflexiones sobre lo que él denomina "la violencia de los creyentes" con agudeza y detalle, con precisión y claridad encomiables: he aquí por qué este ensayo -de tono libre y nada académico espanta el tedio sin por ello restarle un ápice de profundidad. Lanza sus tesis principales acerca de las ideologías y los credos que conducen a la violencia -teorías muy plausibles, por lo demás- y a renglón seguido, se ocupa de discutirlas sin piedad, como un hombre de pensamiento, que es lo contrario de un fanático. Y aquí radica el placer que produce la lectura de este ensayo: ¿acaso hay algo más entretenido que acompañar en sus cavilaciones a alguien que razona con sentido común y con humor? . Sus tesis convencen al lector o, cuando menos, le obligan a reflexionar. Lázaro es implacable: los "creyentes", hombres y mujeres que creen en quimeras ideológicas tan benditas como la nación, la lengua, la religión, la salvación de la especie, la realización de la utopía.La caterva de inquisidores, nazis, stalinistas, moros y cristianos o también los abertzales y catalanistas, los españolistas e independentistas, en el fondo están cortados por patrones muy parecidos: por lo pronto, suelen creer que son los únicos portadores de la verdad y rechazan a cuantos piensan de manera diferente a la suya.
Lázaro compara y analiza; no todo es igual, pero sí parecido. También discute los mecanismos que llevan a los fanáticos a odiar y a matar. Entre las variadas causas del odio y la violencia de los creyentes aparecen el resentimiento y el victimismo; además, el egotismo y el NARCISISMO DESMESURADO, los delirios de gloria...Lázaro lo sopesa todo recurriendo también a ideas y análisis de otros autores que lo ayudan a pensar; Ortega y Gasset, Enrique Baca, Jonathan Littel, Le Bon o Steven Pinker. De este modo propone al lector una suma de ideas entretenidas y fascinante que da mucho que pensar.
Luis Fernando Moreno Claros. "El país"12/10/13
Luis Fernando Moreno Claros. "El país"12/10/13
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