sábado, 4 de abril de 2015

ELOGIO DE LA MESURA (115)


"La ofensa la inventó un fanático acorralado por una sonrisa"

           
   JORGE WAGENSBERG        

       
               

"De momento  no es posible  pinchar un cerebro para controlar el pensamiento ajeno. Pero la privacidad de pensamiento, aunque ayuda,  no garantiza la libertad de pensamiento, ni la libertad de pensamiento  implica  la libertad de expresión. Por eso Sócrates insiste en reclamar ambas libertades  explícitamente, para vivir como un ser humano, no como un esclavo, para vivir con la razón y no a la deriva o a merced del capricho de los dioses. No se puede  limitar  la libertad robando clandestinamente  pensamiento del interior de una mente, pero sí embutiendo pensamiento preparado y empaquetado desde el exterior. Si además el cerebro está tierno y en fase de maduración, entonces la operación es particularmente eficaz y perversa. Sin crítica se atrofia el uso de la razón y  sin  humor se pierde el hábito de la crítica. Es cuando lo cultural se confunde con lo natural y se fragua ese conglomerado que llamamos  una convicción sólida. Así  es como una idea se gana el prestigio de creencia irrenunciable, como si estuviera  impresa en la mente, como si fuera una marca de fábrica. Así es como nace y se hace un fanático.

   1. Solo  se puede ser fanático de una idea que la realidad no pueda desmentir.
   2. El conocimiento ha de ser falsable para que  no se integre en un dogma, y el dogma  ha  de ser burlarble para que se  desintegre  en conocimiento.
   3. La ilusión de todo fanático es seguir siéndolo.
   4. Frente a una sólida convicción siempre nos quedará  la sátira, y quizá solo nos quede eso.
   5. ¿Convicciones sólidas? Mejor si son  líquidas o gaseosas.
   6.  Si comprender es dar con la mínima expresión de lo máximo compartido, entonces la Declaración  Universal de los Derechos Humanos es una buena pista  para la comprensión de todo lo humano.
   7. El fanatismo  y el humor se llevan muy mal porque el primero esconde  las contradicciones mientras el segundo las busca.
   8. El insulto  busca la ofensa y apunta a las personas; la libertad de expresión apunta a las ideas y busca la crítica.
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   15. Una contradicción no deja de serlo por el mero hecho de llamarla misterio.
    16. Solo se puede tener fe en la duda.
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   21. La escuela no está para enseñar creencias.
   22. En la escuela quizá baste con practicar solo cuatro cosas: el sentido crítico y tres idiomas.
   23. No conozco  ningún fanático que hable  más de tres idiomas.
   24. El ciudadano  que no lee  ningún libro tiene más remedio que el que lee  solo uno.

"La libertad en aforismos" publicado por Jorge Wagensberg en "El País" del  3 de abril de 2015 

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