EPICURO, UN REMEDIO PARA LA CRISIS
El filósofo francés Michel Onfray escribe en el diario "El País" unos comentarios a su visita a la exposición "La Villa de los Papiros", que muestra mediante una sutil utilización de las tecnologías modernas( reconstrucciones en 3D, interacciones táctiles) y una bella sobriedad museográfica ( la composición en torno a tres frases de Epicuro), lo que fue un jardín filosófico epicúreo situado en Campania, junto al Golfo de Nápoles, durante la época de la erupción del Vesubio del año 79 d.C, El montaje nos enseña cómo era probablemente el Jardín de Epicuro en Atenas.
"Fue necesario que se produjeran el triunfo del cristianismo y la sumisión de los filósofos conocidos como Padres de la Iglesia a aquella empresa de colonización de las conciencias para que la definición milenaria de la filosofía se transformara de manera radical..."" Del ágora y el foro abierto, la filosofía se trasladó a los anfiteatros cerrados de las universidades..."
"La Villa de los Papiros muestra que, en concreto , allí reinaba la amistad, con el proyecto común de ser las encarnación de las enseñanzas de un maestro. Y lo que enseña Epicuro es muy claro y sencillo: lo único que existe es la materia, los átomos dispuestos de distintas maneras en el vacío. Una física en la que no hay hueco para ningún dios vengador ni malvado, ningún juicio final después de muertos; una física que desemboca en una moral sencilla y que se presenta como un tetrafármaco, un remedio cuádruple.
"Primero: los dioses no son unos entes a los que debemos temer...Segundo: el sufrimiento es soportable...Tercero: no debemos tener miedo a la muerte...Cuarto: la felicidad es alcanzable, consiste en la satisfacción de los únicos deseos naturales y necesarios ( beber y comer para saciar las sed y el hambre que son los verdaderos sufrimientos) ...
"Epicuro nació en una Grecia decadente que ofrece grandes paralelismos con nuestra Europa abatida. El epicureísmo fue, ante todo, una filosofía de combate contra el apoltronamiento de la civilización helenística. Después, durante la era cristiana, el epicureísmo fue una eficaz máquina de guerra contra las ilusiones, contra esas fábulas infantiles que son, en definitiva, las religiones y las ideologías que impiden pensar. Sin Epicuro no habrían existido el Renacimiento, ni Montaigne, ni el pensamiento libertino del siglo XVII, ni la filosofía de la Ilustración, ni la Revolución Francesa, ni el ateísmo, ni las filosofías de la liberación social...."
El filósofo del Jardín enseñaba a los individuos a ser soberanos de sí mismos, y ese es el mejor estimulante para luchar contra todo aquello que nos transforma en esclavos. Basta con decir no a todo lo que nos cosifica, o, en otras palabras , decir sí a una vida que, para alcanzar la ataraxia, desea otorgarnos el bien supremo, que es la ausencia de preocupaciones. La Villa de los Papiros es una arquitectura ideal que sirve para todas las épocas y todos los lugares, incluida la Europa del siglo XXI. Nietzsche se preguntaba: ¿Dónde volveremos a construir el Jardín de Epicuro?" Respuesta: en cualquier lugar en el que haya un epicúreo".
"Epicuro, un remedio para la crisis" El País , 26 de abril de 2014
(Entre paréntesis, el estoicismo romano tuvo mejor suerte con el cristianismo. Pero curiosamente, sus tres máximos representantes, en sus escritos,(el emperador Marco Aurelio, Séneca y el liberto Epicteto) al autor que más citan, no es ninguno de los maestros griegos de la Stoa, sino a Epicuro)